Historia del Nombre Argar
Argar que surgió en el sureste español durante la Edad del Bronce durante el II Milenio a.C.
Varios aventureros y peregrinos jacobeos lorquinos quisimos crear esta ruta con una idea supracomarcal y con el deseo histórico de que el punto de partida hacia la ciudad santa debía hacerse desde el lugar de origen de cada peregrino. La "Ruta del Argar" parte de Lorca y llega a Santiago siendo su recorrido un nuevo evento de relaciones que va desde el Sureste al Noroeste Peninsular.
La idea de crear esta ruta surgió en el año 1993. Nuestro compañero Antonio Franco (ya fallecido) propuso crear este nuevo camino mientras realizábamos la expedición desde Roncesvalles.
Durante los veranos de 1994 a 1997 dedicamos nuestras vacaciones a realizar trabajo de campo, consultando multitud de mapas por donde podría discurrir nuestra ruta. En 1998, en las fechas del 1 al 15 de agosto, pusimos en marcha una expedición. La formaron 16 personas: 6 ciclistas (de distintas edades para catalogar la dureza de la prueba) 4 cocineros, 1 médico, 1 cámara 1 conductor de apoyo- avituallamiento y 3 personas para organizar las pernoctaciones en los pabellones que los ayuntamientos, de los municipios por los que pasábamos, nos cedían. Los tramos de nuestra ruta no cuentan con este tipo de alojamiento. Los albergues de peregrinos los tenemos en las etapas que se juntan con la "Ruta de La Plata" o la "Ruta Portuguesa". Aún así, también contamos con hoteles, pensiones y hasta Iglesias. Muchos párrocos nos han cedido gustosamente sus instalaciones para acogernos
En 2004, aprovechando que era año Jacobeo, decidimos señalizar nuestra ruta, colocando mojones de piedra natural de unos 400 kg de peso en aquellos pueblos o ciudades que hemos establecido como final de etapa (para ciclistas). De esta forma se sirve de referencia a las personas que quieren hacer el camino.
La Ruta del Argar está llena de magia. Acompañados de bastón, túnica, alforja, sombrero, pañuelo y concha (si usted lo gusta) podrá descubrir la belleza de numerosos pueblos de la diagonal de la península ibérica y conocer el encanto de sus gentes. A cada paso de etapa se puede ir sellando la credencial de la Compostelana.
Siempre hemos querido mantener el espíritu Primitivo del camino. Por eso, cada peregrino tiene libertad absoluta para visitar lugares, Monasterios y Santuarios (donde se conservan reliquias de Santos) antes de llegar a Compostela y al final de la tierra, Finisterre.
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